Descripción
El síndrome de Marfan (SM) es una enfermedad sistémica del tejido conectivo, caracterizada por una combinación variable de manifestaciones cardiovasculares, músculo-esqueléticas, oftalmológicas y pulmonares.
Epidemiología
La prevalencia se estima en 1/5.000 y afecta por igual a hombres y mujeres.
Descripción clínica
Los síntomas pueden aparecer a cualquier edad y son muy variables de una persona a otra, incluso dentro de una misma familia. La afectación cardiovascular se caracteriza por: 1) dilatación progresiva de la aorta, acompañada de un riesgo elevado de disección aórtica, lo que afecta al pronóstico; la dilatación aórtica puede conducir a una insuficiencia de la válvula aórtica; e 2) insuficiencia mitral, que puede complicarse con arritmias, endocarditis o insuficiencia cardíaca. Habitualmente, la afectación esquelética es el primer signo de la enfermedad y puede incluir: dolicostenomelia (longitud excesiva de las extremidades), talla grande, aracnodactilia, hipermovilidad articular, deformaciones escolióticas, protrusión del acetábulo, deformidad torácica (pectus carinatum o pectus excavatum), dolicocefalia del eje anteroposterior, micrognatismo o hipoplasia malar. La afectación oftalmológica resulta en una miopía axial, que puede conducir al desprendimiento de retina y desplazamiento del cristalino (la ectopia o luxación son signos característicos). Las complicaciones oculares, especialmente la ectopia lentis, pueden conducir a la ceguera. Los signos cutáneos (estrías atróficas), un incremento del riesgo de neumotórax y la ectasia dural también pueden estar presentes.
Etiología
En la inmensa mayoría de los casos, el síndrome de Marfan se debe a mutaciones en el gen FBN1, (15q21), el cual codifica para la fibrilina-1, una proteína esencial del tejido conectivo. Se han identificado formas limítrofes de la enfermedad secundarias a mutaciones en el gen TGFBR2, localizado en el cromosoma 3, el cual codifica para el receptor del TGF-beta.
Métodos diagnósticos
El diagnóstico se basa en los signos clínicos y en el historial familiar. Sin embargo, como resultado de un cuadro clínico muy variable, puede ser difícil establecer el diagnóstico. Para ayudar en el diagnóstico, se han establecido unos criterios diagnósticos internacionales (los criterios de Ghent), basados en los signos clínicos mayores y/o menores.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye: síndrome MASS, síndrome Shprintzen-Goldberg, prolapso de la válvula mitral, síndrome de Ehlers-Danlos y otras enfermedades que presentan aneurisma aórtico, como el síndrome de Loeys-Dietz (ver estos términos).
Diagnóstico prenatal
El diagnóstico prenatal genético es posible para las familias en las que se ha identificado la mutación causal.
Consejo genético
La transmisión es autosómica dominante. Una persona afectada presenta un riesgo del 50% de transmisión de la mutación responsable de la enfermedad. Se han descrito algunos casos esporádicos.
Manejo y tratamiento
El manejo debe de ser multidisciplinar, con la intervención de diferentes especialistas: cardiólogos, genetistas, reumatólogos, oftalmólogos, pediatras y radiólogos. El objetivo del diagnóstico es limitar la dilatación aórtica (beta-bloqueantes, limitación de deporte) y el seguimiento regular de la aorta (ecocardiograma anual), a fin de permitir un remplazo de la raíz aórtica, antes de que se produzca la disección. Puede realizarse cirugía para las anomalías esqueléticas (estabilización de la columna vertebral en caso de escoliosis, reparación de las deformaciones torácicas) y oculares (tratamiento con láser o reemplazo de la lente dislocada). El tratamiento es, de otro modo, sintomático.
Pronóstico
La afectación aórtica condiciona el pronóstico de la enfermedad. Con un seguimiento regular y un manejo adecuado, los pacientes presentan actualmente una esperanza de vida cercana a la de la población general. Durante los últimos 30 años, la esperanza de vida ha aumentado en 30 años.
Revisores expertos: Pr Guillaume JONDEAU - Última actualización: Marzo 2010