Descripción
Es una displasia ósea primaria, benigna y poco frecuente, caracterizada por el reemplazo progresivo del tejido óseo y la médula ósea normales por tejido conectivo fibroso en uno (monostótica) o en múltiples (poliostótica) huesos. Las manifestaciones clínicas dependen de la localización anatómica del reemplazo, pudiendo incluir dolor óseo, deformidades, fracturas patológicas y déficits de los pares craneales.
Epidemiología
La prevalencia de la displasia fibrosa ósea (DF) es desconocida y es difícil de estimar debido a las frecuentes lesiones asintomáticas.
Descripción clínica
La DF puede afectar al esqueleto craneofacial, axial y/o apendicular de forma aislada o simultáneamente, variando desde lesiones únicas o aisladas monostóticas asintomáticas hasta lesiones poliostóticas gravemente incapacitantes que conducen a dolor, fracturas, deformidades o pérdida de visión y audición. La forma monostótica representa aproximadamente el 70% de los casos, pudiendo presentarse con dolor o con una fractura patológica y, por lo general, se diagnostica entre los 10 y los 30 años de edad. La forma poliostótica representa el 20-30% de los casos y la mayoría de los pacientes se tornan sintomáticos antes de los 10 años de edad. Los sitios más frecuentes de afectación incluyen el fémur, la tibia, los huesos craneales y faciales, la pelvis, las costillas, el húmero, el cúbito y el radio, la clavícula y la columna lumbar y cervical. Las lesiones pueden ser unilaterales o, con menor frecuencia, bilaterales. Los síntomas iniciales suelen ser dolor en la(s) extremidad(es) afectada(s) asociado a cojera, si afecta a una extremidad inferior, y fracturas espontáneas. El debilitamiento de la integridad estructural frecuentemente produce una incurvación y una discrepancia de longitud en los paciente con afectacion de los miembros. La afectación esfenoidal se asocia, de manera variable, a déficits de los pares craneales, esencialmente pérdida de la visión (que afecta a menos del 10% de los individuos con compresión del nervio óptico). Muchos pacientes con formas poliostóticas también presentan pérdida renal de fosfato, lo que explica un mayor riesgo de fractura. En el extremo del espectro, una pequeña proporción de pacientes experimenta además manifestaciones endocrinas, siendo la más frecuente la pubertad precoz periférica. También se observa hipertiroidismo e hipersecreción de la hormona de crecimiento con bastante frecuencia, mientras que el síndrome de Cushing es excepcional. Estos pacientes también presentan manchas cutáneas café con leche. Estos hallazgos endocrinos o cutáneos representan el síndrome de McCune-Albright. En pacientes con formas extensas se han descrito neoplasmas pancreáticos intraductales papilares mucinosos.
Etiología
La activación de las mutaciones somáticas en el gen GNAS (20q13.32), que codifica la subunidad alfa del receptor de la proteína Gs (Gs alfa) en las células diana, es la responsable de las alteraciones de las células óseas, así como de la afectación de otras células/ tejidos portadores del mismo defecto molecular (tales como melanocitos, células endocrinas).
Métodos diagnósticos
El diagnóstico está basado en técnicas de imagen, y cuando es necesario, en la histología. La imagen radiológica patognomónica muestra radiolucencia y una apariencia de "vidrio esmerilado" (sin un patrón trabecular visible en las áreas afectadas), presencia variable de festoneado endostal cortical interno (pero con una superficie perióstica no reactiva lisa), curvatura del cuello femoral y porcion proximal del fémur (a menudo causando coxa vara en la rodilla), y una deformidad en ´´cayado de pastor´´.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye la displasia osteofibrosa, el osteocondroma, la exostosis, el osteosarcoma, el condrosarcoma, el osteofibroma, el meningioma craneal y el osteoma.
Consejo genético
Las mutaciones afectan únicamente a las células somáticas y, por lo tanto, no son hereditarias. El asesoramiento genético puede brindar tranquilidad, sin embargo no es estrictamente necesario.
Manejo y tratamiento
El enfoque terapéutico convencional es principalmente sintomático (analgésicos) y ortopédico (prevención y tratamiento de complicaciones óseas). El tratamiento está basado típicamente en pamidronato intravenoso, que alivia rápidamente el dolor óseo en la mayoría de los pacientes y aumenta progresivamente la mineralización ósea en áreas osteolíticas en aproximadamente,la mitad de los pacientes. Por el contrario, los ensayos aleatorios controlados con placebo han demostrado que los bifosfonatos orales no son más eficaces que el placebo para reducir el dolor óseo. La pérdida tubular de fosfato es frecuente y debe tratarse con suplementación de fosfato y calcitriol.
Pronóstico
Por lo general, el pronóstico es favorable en pacientes con la forma monostótica, mientras que los pacientes poliostóticos deben estar mejor monitorizados, aunque como la enfermedad tiende a estabilizarse después de la adolescencia, el pronóstico en pacientes adultos suele ser favorable.
Revisores expertos: Pr Roland CHAPURLAT - Última actualización: Agosto 2019