Descripción
Es un tumor benigno y poco frecuente de los tejidos blandos caracterizado por el desarrollo de nódulos en la piel, músculos estriados, huesos y, en casos excepcionales, órganos viscerales, lo que conduce a un amplio espectro de síntomas clínicos. Contiene miofibroblastos.
Epidemiología
La prevalencia estimada es de 1/ 150.000 nacidos vivos.
Descripción clínica
La miofibromatosis infantil (MI) se presenta al nacer o se desarrolla poco después, con un 90% de los casos debutando antes de los 2 años. La MI se caracteriza por nódulos solitarios o múltiples firmes, de color carne a púrpura (´´miofibroma ´) y generalmente indoloros (excepto en caso de compresión de nervios adyacentes). Los tumores se encuentran en la piel, el tejido subcutáneo, los músculos estriados y, en casos excepcionales, en tejidos óseos o en órganos viscerales. Existen cuatro patrones de presentación clínica: solitario (lesión única que afecta la piel y/o los músculos de la cabeza, el cuello o el tronco (75% de los casos)); congénito múltiple (multicéntrico limitado a piel y músculos); múltiple congénito con afectación visceral única; y múltiples congénitos con afectación visceral múltiple (múltiples lesiones de piel y/o músculos, huesos, pulmones, corazón y tracto gastrointestinal). En raras ocasiones, se puede diagnosticar en el periodo prenatal.
Etiología
La mayoría de estos tumores son esporádicos y aislados. Se han descrito casos familiares poco frecuentes de MI y se han identificado 2 genes causales de la enfermedad: PDGFRB y NOTCH3 que codifican PDGFRB y NOTCH3 respectivamente. PDGFRB es un receptor de tirosinquinasa para factores de crecimiento derivados de plaquetas que son mitógenos para células de origen mesenquimatoso. La expresión de PDGFRB es incrementada por NOTCH3. Esto sugiere que los defectos genéticos en los 2 genes están implicados en el mismo mecanismo.
Métodos diagnósticos
El diagnóstico se establece en parte en base a los antecedentes familiares y a la exploración física. Los miofibromas se identifican mediante ecografía (masa con un centro anecoico), resonancia magnética (señal de baja intensidad en imágenes ponderadas en T1 y áreas de baja o alta intensidad en imágenes ponderadas en T2) y menos frecuentemente mediante TC (masa con realce periférico y calcificaciones). La histopatología sigue siendo el método de referencia para el diagnóstico de la MI. La biopsia revela fascículos entrelazados de células fusiformes (miofibroblastos) en la periferia. La inmunoquímica revela la expresión de vimentina y actina de músculo liso, mientras que los marcadores vasculares (S100 y CD34) son negativos. En algunos casos, el estudio molecular de tumor podría identificar una mutación del gen PDGFRB.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial en caso de lesión solitaria incluye el hemangioma, linfangioma, neurofibroma, fibrosarcoma infantil, histiocitosis de células de Langerhans, tumor miofibroblástico inflamatorio, tumores desmoides y tumores dermoides o epidermoides.
Diagnóstico prenatal
El diagnóstico prenatal se logra mediante ecografía y se confirma mediante RM fetal.
Consejo genético
El MI es mayoritariamente aislado y esporádico. En casos de lesiones familiares y multifocales, el MI puede heredarse como un rasgo autosómico recesivo o dominante (con penetrancia incompleta y expresividad variable).
Manejo y tratamiento
Debido al carácter benigno de la lesión, se priorizará las terapias sin efectos a largo plazo. Para las lesiones que afectan a la piel y/o la musculatura, no se recomienda el tratamiento y se propone la vigilancia activa (tendencia a la regresión espontánea). La escisión quirúrgica radical está indicada en los siguientes casos: afectación de los órganos vitales, lesiones en localizaciones de alto riesgo o lesiones sintomáticas. En casos de resección incompleta, se puede proponer una escisión posterior. La terapia estándar consiste en dosis semanales bajas de metotrexato y vinblastina y está indicada para lesiones multifocales progresivas amenazantes para la vida. En pacientes con progresión sintomática rápida se deben mantener otros tratamientos, como la quimioterapia convencional (vincristina, D-actinomicina y ciclofosfamida) debido a los riesgos a largo plazo de desarrollo de malignidad secundaria. Los inhibidores de PDGFRB aún no han sido estudiados en esta enfermedad.
Pronóstico
En la mayoría de los casos, que carecen de compromiso visceral, el pronóstico es excelente y a menudo se observa regresión espontánea. Por otro lado, la presencia de lesiones viscerales se asocia a un pronóstico significativamente pobre y a una tasa de mortalidad de hasta el 70%, en ausencia de tratamiento. Por lo general, la muerte está relacionada con la compresión de órganos y la afectación cardiopulmonar y gastrointestinal.
Revisores expertos: Pr Christine BODEMER - Dr Daniel ORBACH - Última actualización: Junio 2019