Descripción
La poliposis adenomatosa familiar (PAF) se caracteriza por la aparición, en la segunda década de vida, de cientos o miles de adenomas en la zona del recto y del colon. La PAF tiene una incidencia al nacimiento de 1/8.300, afecta a ambos sexos por igual, y representa menos del 1% de los casos de cáncer colorrectal (CCR). La prevalencia en la Unión Europea se estima en 1/11.300-37.600. La mayoría de pacientes son asintomáticos durante años, hasta que los adenomas son grandes y numerosos, y causan sangrado rectal o incluso anemia, o se desarrolla cáncer. Generalmente, el cáncer empieza a desarrollarse una década después de la aparición de los pólipos. Los síntomas no específicos incluyen: estreñimiento o diarrea, dolor abdominal, masas abdominales palpables y pérdida de peso. La PAF puede presentar algunas manifestaciones extraintestinales: osteomas, anomalías dentales, hipertrofia congénita del epitelio pigmentario de la retina (HCEPR), tumores desmoides y cánceres extracolónicos. Existe una variante menos agresiva de la PAF, PAF atenuada (PAFA; ver término), que se caracteriza por un menor número de pólipos (normalmente entre 10 y 100), aparición de los adenomas a una edad más tardía, y menor riesgo de cáncer. Algunas lesiones (osteomas craneales y mandibulares, anomalías dentales, y fibromas en el cuero cabelludo, hombros, brazos y espalda) son indicativas del síndrome de Gardner, mientras que a la asociación de PAF y meduloblastoma se le conoce como síndrome de Turcot. La PAF clásica se hereda de modo autosómico dominante y es resultado de una mutación en la línea germinal en el gen APC (5q21-q22). La mayoría de pacientes (un 70%) posee un historial familiar de pólipos colorrectales y cáncer. En un subgrupo de individuos, una mutación MUTYH (1p34.1) causa una poliposis de transmisión recesiva, la poliposis adenomatosa familiar ligada a MUTYH, que se caracteriza por un ligero aumento del riesgo de desarrollar CCR y por la presencia de pólipos/adenomas en el tracto gastrointestinal superior e inferior. El diagnóstico se basa en el historial familiar, en los hallazgos clínicos, y en una endoscopia del intestino grueso o una colonoscopia completa. Siempre que sea posible, el diagnóstico clínico debe confirmarse mediante test genético. Si se identifica en un paciente la mutación en el gen APC, debe realizarse un test genético a todos los familiares consanguíneos de primer grado. Son posibles los tests genéticos presintomático y prenatal, e incluso el preimplantacional. Es obligatorio acudir a un asesor genético. El diagnóstico diferencial debe incluir otros trastornos causante de múltiples pólipos Los principales objetivos del manejo son la prevención del cáncer y una buena calidad de vida; todos los pacientes deben tener un seguimiento sistemático y regular. En adolescentes y jóvenes, se recomienda la intervención quirúrgica como profilaxis del cáncer colorrectal. Las alternativas recomendadas son una proctocolectomía total, y bolsa ileoanal o anastomosis ileorrectal para la PAFA. El cáncer duodenal y el tumor desmoides son las dos principales causas de mortalidad tras una colectomía total, por lo que deben identificarse pronto y tratarse. Es necesaria una endoscopia superior para reducir el riesgo de cáncer duodenal y ampular. Pacientes con tumores progresivos o enfermedades no resecables pueden responder o estabilizarse con una combinación de quimioterapia citotóxica y cirugía. El celecoxib ha recibido la autorización de comercialización por parte de la FDA y de la EMEA, para ser usado como tratamiento adyuvante en pacientes con PAF. Los pacientes con PAF tienen un 100% de riesgo de CCR, aunque este riesgo se reduce ostensiblemente cuando entran en un programa de cribado y son tratados.