Descripción
Es un defecto del desarrollo embrionario poco frecuente caracterizado por pólipos intestinales hamartomatosos, lipomas, macrocefalia y lentiginosis genital.
Epidemiología
La prevalencia es desconocida, aunque, por lo general, el síndrome Bannayan-Riley-Ruvalcaba (SBRR) está considerado como una enfermedad poco frecuente.
Descripción clínica
El SBRR comparte algunas de las características clínicas del síndrome de Cowden (SC), aunque con frecuencias diferentes. A diferencia del SC, la presentación clásica del SBRR debuta en el periodo neonatal o poco después, con macrocefalia, estruma de Hashimoto, lipomatosis, malformaciones vasculares y lentiginosis moteada del pene o la vulva. Un subgrupo de pacientes con SBRR manifiesta retraso psicomotor y poliposis hamartomatosa gastrointestinal. El umbral de evaluación el trastorno del espectro autista en el SBRR debe ser bajo, especialmente cuando se ha identificado una mutación en el gen PTEN. Se desconoce si determinados signos descritos en algunos casos, tales como procesos miopáticos en los músculos proximales, pectus excavatum, hiperlaxitud articular, escoliosis y elevado peso al nacer, son manifestaciones del SBRR. Aunque, la predisposición al cáncer no se consideraba una característica de este síndrome, en la actualidad se cree que los pacientes de SBRR con una mutación de la línea germinal en el gen PTEN comparten el mismo riesgo de desarrollar cáncer que los pacientes con SC.
Etiología
El SBRR está causado (en el 60% de los casos) por una mutación en el gen homólogo de fosfatasa y tensina (PTEN) (10q23) que codifica la proteína PTEN, una fosfatasa de especificidad dual. Cuando el SBRR va acompañado por mutaciones de la línea germinal en el gen PTEN, pertenece al grupo del síndrome tumoral hamartomatoso asociado a PTEN (STHP). Debido a que los genes no-PTEN asociados al SC (p.ej. SDHB-D, AKT1, PIK3CA and KLLN) no han sido estudiados formalmente en el SBRR, se desconoce si también son etiológicos para el SBRR asociado a genes no-PTEN.
Métodos diagnósticos
No existen criterios específicos para diagnosticar el SBRR, aunque su diagnóstico suele estar determinado por la presentación clínica. Pueden usarse los criterios pediátricos del sistema de puntuación PTEN que se basan, en gran medida, en la presencia o ausencia de macrocefalia y en la manifestación de uno de los cuatro subcriterios (trastorno del espectro autista, hallazgos dermatológicos, malformaciones vasculares y/o poliposis gastrointestinal). La detección de mutaciones de la línea germinal en el gen PTEN confirma que el paciente pertenece al grupo STHP.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye los síndromes de Lhermitte-Duclos, de poliposis juvenil, de Peutz-Jeghers (SPJ), de Birt-Hogg-Dubé, de Proteus, de Cowden, de Gorlin y la neurofibromatosis tipo 1.
Diagnóstico prenatal
El diagnóstico prenatal en embarazos de riesgo es posible cuando la mutación causante de la enfermedad ha sido identificada previamente en un individuo afecto de la familia.
Consejo genético
El SBRR se hereda de forma autosómica dominante. Se puede ofrecer asesoramiento genético a los pacientes con mutaciones de la línea germinal en el gen PTEN. Se debe detectar la mutación en los miembros asintomáticos de la familia para que puedan ser monitorizados antes de la aparición de los síntomas.
Manejo y tratamiento
El manejo y el tratamiento son multidisciplinares. Es importante monitorizar los síntomas de la poliposis hamartomatosa gastrointestinal ya que pueden ser más graves que los observados en el SC. Una vez se ha identificado la mutación de la línea germinal en el gen PTEN, el paciente debe someterse a revisiones ecográficas de la tiroides a partir de los 7 años de edad, y se recomienda encarecidamente un umbral bajo de evaluación del trastorno del espectro autista. En los pacientes mayores de 18 años, se recomienda una revisión cutánea anual. Entre los 35 y los 40 años se debe comenzar a realizar colonoscopias y estudios renales por imagen cada dos años, excepto a los pacientes sintomáticos. Las mujeres deben realizarse un autoexamen de mama mensual y un cribado mamográfico anual así como ecografías transvaginales (pacientes postmenopáusicas) o biopsias endometriales a partir de los 35 años de edad. También es importante prestar atención a las malformaciones neurológicas y vasculares así como a los síntomas GI.
Pronóstico
El pronóstico es desconocido y depende de la presentación inicial y, probablemente, del genotipo
Revisores expertos: Pr Charis ENG - Última actualización: Marzo 2020