Descripción
Es una enfermedad neurológica poco frecuente caracterizada por la manifestación de un trastorno psiquiátrico subyacente o simulación, y que no puede ser atribuida a ninguna enfermedad estructural o neuroquímica conocida. La mayoría de los casos pertenecen a la categoría de diagnóstico psiquiátrico de trastorno de conversión, también conocido como trastorno funcional de síntomas neurológicos.
Epidemiología
La prevalencia exacta de los trastornos del movimiento psicógeno (TMP) es desconocida. En los centros de atención terciaria, el 2-4% de los pacientes con trastornos del movimiento son diagnosticados con TMP.
Descripción clínica
Los TMP debutan típicamente durante la adolescencia o la edad adulta. Los casos en la infancia y los de inicio en pacientes de edad avanzada son poco frecuentes, aunque se han descrito. Los síntomas pueden incluir uno o varios tipos de movimientos anormales observados en los trastornos del movimiento orgánicos (temblor, distonía, corea, bradicinesia, mioclonía, tics, atetosis, balismo, incoordinación cerebelosa), y se afectan también el habla y la marcha. Típicamente, los TMP se presentan con movimientos complejos de múltiples fenomenologías diferentes, por lo general incongruentes con un trastorno del movimiento orgánico, y que afectan a varias regiones anatómicas. El temblor parece ser el fenómeno observado con mayor frecuencia, seguido de distonía, bradicinesia, mioclonía y otros movimientos anómalos no clasificables. Los síntomas suelen manifestarse de forma súbita y se alcanzan rápidamente la máxima gravedad y discapacidad. Otros hallazgos típicos son: lentitud deliberada del movimiento, distracción, variabilidad, sugestionabilidad, síntomas paroxísticos y resolución de los síntomas con la administración de placebo o cuando el paciente no es consciente de estar siendo observado. Con frecuencia, los TMP van acompañados de otros síntomas psicógenos tales como una falsa debilidad, hallazgos sensitivos o dolor excesivo. La depresión y la ansiedad son comorbilidades frecuentes.
Etiología
Las causas subyacentes de los TMP se dividen en tres categorías: el trastorno de conversión (también denominado trastorno neurológico funcional), los trastornos de somatización o, en casos poco frecuentes, el trastorno facticio y de simulación. Los factores de riesgo incluyen el sexo femenino, antecedentes de trauma o de abuso sexual en la infancia, lesiones previas, cirugías y acontecimientos vitales estresantes importantes.
Métodos diagnósticos
Por lo general el diagnóstico se basa en criterios clínicos, aunque algunas pruebas complementarias pueden resultar útiles. El análisis electromiográfico del temblor y las mioclonías puede servir para distinguir temblor y mioclonías psicógenos de sus variantes orgánicas. La neuroimagen con [123 I]-beta-CIT SPECT y [18F]-DOPA-PET se utiliza algunas veces en casos de parkinsonismo psicógeno de difícil diagnóstico para excluir una etiología orgánica.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial de los TMP debe hacerse con las causas orgánicas de cada movimiento anómalo concreto. Por ejemplo, en casos de temblor como síntoma de presentación se considerarán la enfermedad de Parkinson y el temblor esencial. Algunos pacientes con TMP experimentan movimientos que se asemejan a crisis comiciales y se deberá descartar epilepsia.
Diagnóstico prenatal
No existe un diagnóstico prenatal para este trastorno.
Manejo y tratamiento
Es importante evitar iatrogenia causada por pruebas invasivas innecesarias o por fármacos inadecuados. Es importante proporcionar un diagnóstico temprano y preciso, así como rehabilitación física y tratamiento psiquiátrico adecuado. Aunque hay escasos ensayos clínicos, la literatura disponible sugiere que una combinación de psicoterapia con medicación psiquiátrica individualizada (dirigida al tratamiento de las enfermedades coexistentes tales como depresión o ansiedad) puede resultar beneficiosa. Algunos centros también ofrecen programas interdisciplinares para pacientes hospitalizados, combinando fisioterapia intensiva con psicoterapia.
Pronóstico
El pronóstico en los TMP es variable, aunque es más favorable que el de los pacientes con otros quejas somatomorfas tales como síntomas sensoriales, debilidad o dolor. La presencia de una comorbilidad psiquiátrica (depresión o trastorno de ansiedad) es un factor pronóstico positivo, mientras que los síntomas mantenidos en el tiempo, el inicio insidioso de movimientos y el diagnóstico psiquiátrico primario de hipocondría, trastorno facticio o de simulación constituyen factores pronósticos negativos. En ausencia de tratamiento los TMP tienden a cronificarse y el seguimiento a largo plazo muestra síntomas persistentes en el 65-95% de los pacientes.
Revisores expertos: Dr Vanessa HINSON - Última actualización: Noviembre 2019