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Patología

Dengue

Tipo:

Ciertas Enfermedades Infecciosas y Parasitarias

Conocido también como:

DF

o como:

Infección por virus del dengue

Prevalencia

Desconocido

OMIM

614371

ORPHANET

99828

CIE

A97.0

Descripción

El dengue es una enfermedad rara benigna, de origen vírico, que está causada por varios virus transmitidos por artrópodos, del tipo de los arbovirus. Se caracteriza por fiebre bifásica, mialgias (dolores musculares) o artralgias (dolores en las articulaciones), exantema (erupción cutánea, de color rojizo), leucopenia (disminución anormal de las células blancas de la sangre) y linfadenopatías (inflamación de los nódulos linfáticos). Las epidemias por dengue han sido frecuentes hasta principios del siglo XX en las áreas templadas de América, Europa, Australia y Asia. En la actualidad es endémica (endemia, enfermedad generalmente infecciosa, constante en ciertos países por influencias de una causa determinada) en Asia tropical, islas del sur del Pacífico, norte de Australia, Africa tropical, Caribe, Centroamérica central y Suramérica. Los brotes de dengue en las áreas urbanas infectadas por Aedes Aegypti pueden ser explosivos; pudiendo afectar hasta el 70-80% de la población. Las enfermedades tipo dengue pueden aparecer en forma de epidemia. Las características epidemiológicas dependen de los vectores y su distribución geográfica: 1.- El virus Chikungunya está muy extendido en las zonas más pobladas del mundo. En el sureste de Asia, el dengue y los brotes de Chikungunya aparecen simultáneamente. 2.- En Asia, Aedes Aegypti es el vector principal; en Africa otros Stegornyia pueden ser vectores importantes. 3.- Los brotes de O´nyongriyong y de la fiebre del Nilo Occidental normalmente afectan a los pueblos y pequeñas aldeas, en contraposición con los brotes urbanos del Dengue y el Chikungunya. Los virus que causan el dengue clásico, son transmitidos por mosquitos de la familia Stegornyia Aedes Aegypti, un mosquito que pica durante el día. En la mayoría de las áreas tropicales Aedes Aegypti está muy urbanizado y se cría en el agua almacenada para beber o bañarse, o en el agua de lluvia recogida en cualquier recipiente. En el sureste asiático y en el oeste africano, el dengue puede mantenerse en un ciclo en el que intervienen monos infectados por las especies de Aedes, que pican tanto a los monos salvajes como al ser humano. Los virus que causan el dengue tienen tipos antigénicos diferentes. La enfermedad se produce sobre todo en los niños mayores y en los adultos. La propagación de una epidemia se produce fundamentalmente a través de seres humanos en fase virémica (con capacidad de transmitir el virus que se está replicando en su sangre) y sigue las principales líneas del transporte urbano. En las zonas donde el dengue es endémico, los niños y los extranjeros suelen ser los únicos que enferman, ya que los adultos son inmunes. Los mosquitos domésticos pueden infectarse, por el virus del dengue al picar a las personas en fase virémica, por lo que aparecen un gran número de infecciones secundarias, no debidas a picadura por Aedes Aegypti, casi simultáneas dando la sensación de estar ante una enfermedad altamente contagiosa. La clínica varía según la edad y de un enfermo a otro. En los lactantes y los niños pequeños la enfermedad puede tener síntomas inespecíficos o caracterizarse por fiebre de 1 a 5 días de evolución, acompañada de inflamación faríngea, rinitis (inflamación de la mucosa nasal) y tos leve. En los niños mayores y los adultos después de un período de incubación de 1 a 7 días aparece dolor de espalda, la fiebre de comienzo brusco, que aumenta rápidamente hasta 39-41 ºC, puede dar lugar a convulsiones, especialmente en la fiebre chikungunya; se acompaña de cefalea (dolor de cabeza) frontal o retro orbitaria. Durante las primeras 24-48 horas de fiebre aparece un exantema generalizado, que desaparece con la presión. Los enfermos infectados por O´nyongnyong o chikungunya, tienen además, una intensa afectación de las articulaciones. Entre los días 2 a 6 de fase febril pueden producirse náuseas y vómitos, linfadenopatías generalizadas, hiperestesia (aumento de la sensibilidad) cutánea, alteraciones del gusto y anorexia (disminución del apetito). Uno o dos días después aparece un exantema máculo papuloso (manchas y elevaciones pequeñas de la piel), que se extiende a las palmas de las manos y las plantas de los pies, que desaparece en 1-5 días; pudiendo existir descamación posterior de estas zonas. En cualquier momento de la evolución pueden aparecer epistaxis (hemorragias nasales), petequias (manchas pequeñas en la piel, formadas por la salida de sangre) y lesiones purpúricas (hemorragia puntiforme bajo la piel, de color rojo vinoso), aunque son poco frecuentes. Ocasionalmente puede aparecer, en los niños, después de la etapa febril, astenia (debilitación del estado general) prolongada, depresión mental, bradicardia (latido cardíaco inusualmente lento) y extrasístoles (contracción suplementaria del corazón, nacida antes de tiempo que altera la sucesión regular de los latidos normales) ventriculares. Los días 3-4 de la enfermedad puede aparecer pancitopenia (disminución de las tres series celulares sanguíneas a la vez, hematíes o glóbulos rojos, leucocitos o glóbulos blancos y plaquetas); pudiendo reaparecer o persistir neutropenia (niveles anormalmente bajos de neutrófilos, un tipo de células blancas de la sangre) en la última etapa de la enfermedad e incluso continuar durante la convalecencia. Pueden aparecer acidosis (estado metabólico en el que existen cantidades anormales de cuerpos cetónicos) moderada, hemoconcentración (concentración de la sangre caracterizada por el aumento de las proteínas, de su viscosidad y del numero de glóbulos rojos, generalmente debida a deshidratación extracelular), valores aumentados de transaminasas (enzimas de los músculos esqueléticos, cerebro, hígado, corazón y riñón) e hipoproteinemia (disminución de la tasa de proteínas de la sangre), en los casos más severos. En el electrocardiograma pueden aparecer: bradicardia sinusal, focos ventriculares ectópicos, ondas T aplanadas y prolongación del intervalo PR. Existen, cuatro enfermedades causadas por arbovirus que tienen clínica similar al dengue, pero carecen del exantema: fiebre por garrapatas del Colorado, fiebre papataci, fiebre del valle del Rift y fiebre del río Ross. Debe utilizarse la expresión “enfermedad tipo dengue” hasta que se establezca un diagnóstico específico, puesto que los hallazgos clínicos son similares, aunque los agentes causales son diferentes. El diagnóstico etiológico (etiología es el estudio de las causas de las enfermedades) se realiza mediante serología o por aislamiento del virus en los leucocitos sanguíneos. La sangre para los estudios comparativos virales o de anticuerpos debe obtenerse durante el período febril, preferiblemente temprano y durante la fase de convalecencia, 14-21 días después del comienzo. Existen técnicas que permiten la identificación de los anticuerpos de fase aguda de los enfermos con infecciones dengue primarias o secundarias en muestras de suero único. Normalmente tales muestras no deben ser recogidas antes de 5 días ni después de 6 semanas del comienzo. Puede que no sea posible distinguir el virus infeccioso sólo por métodos serológicos, particularmente cuando ha habido infección previa por otro miembro del mismo grupo de arbovirus. También puede detectarse el ARN viral en la sangre o en los tejidos mediante la reacción de la polimerasa en cadena. La profilaxis (prevención) se basa en evitar la picadura del mosquito empleando repelentes e insecticidas, cubriéndose el cuerpo con ropa, protegiendo las casas con mallas metálicas y destruyendo las zonas de reproducción del mosquito Aedes Aegypti. Cuando debe almacenarse agua, se aconseja usar tapas que ajusten herméticamente o una fina capa de aceite, pues evitan la puesta o la incubación de los huevos. También pueden agregarse al agua potable agentes larvicidas, sin riesgo para la salud. En Tailandia se están desarrollando vacunas de virus atenuados del dengue tipo 1, 2, 3 y 4 y existe una vacuna de virus muertos para la chikurigunya que es eficaz, pero que no suele estar disponible. Las infecciones primarias por el virus que produce el dengue o las enfermedades tipo dengue suelen ser de curación espontánea y benignas. La hiperpirexia (elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal) y las convulsiones febriles son junto a las pérdidas de líquidos y electrolitos, las complicaciones más frecuentes en lactantes y niños pequeños. El pronóstico puede agravarse por anticuerpos adquiridos de forma pasiva o por la infección previa por un virus muy relacionado. El tratamiento es sintomático y de sostén. Reposo en cama durante el período febril, paños fríos y antipiréticos para mantener la temperatura por debajo de 40 ºC, debe evitarse el uso de aspirina por sus efectos sobre la coagulación. Se aconseja sedación ligera o analgésicos para aliviar el dolor, así como reposición de líquidos y electrolitos para compensar las pérdidas debidas a sudor vómitos, diarrea y ayuno. Autores y fecha de última revisión: Drs. A. Avellaneda, M. Izquierdo; Febrero-2004

 

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